La leishmania es un parásito que provoca una enfermedad llamada leishmaniosis, una enfermedad grave que puede afectar a los perros y a otros mamíferos, incluidos los humanos.

La Leishmaniosis surge del parásito de Leishmania se transmite a los perros a través de un insecto (mosca de la arena). Sin embargo, está presente en muchos países del sur y el este de Europa, y los perros que viajan o han vivido en estas zonas corren el riesgo de infectarse.

¿Cuáles son los síntomas de la Leishmaniosis?

Algunos perros no presentan síntomas durante meses o años después de infectarse. Cuando contraen la enfermedad, a menudo desarrollan lesiones en la piel y se sienten mal (pueden estar deprimidos, perder peso, beber en exceso, etc.). Algunos perros desarrollan insuficiencia renal. Es posible que los perros infectados se sientan mal sin tener lesiones cutáneas.

Prácticamente todos los perros desarrollarán la forma visceral de la enfermedad. El noventa por ciento también tendrá afectación cutánea. Los signos clínicos asociados a la forma visceral incluyen fiebre, anorexia (falta de apetito), debilidad, intolerancia al ejercicio, pérdida de peso severa, diarrea, vómitos, sangrado por la nariz y sangre en las heces (normalmente en forma de heces oscuras y alquitranadas, llamadas melena). Alrededor de un tercio de los perros desarrollarán una inflamación de los ganglios linfáticos y un aumento del tamaño del bazo, y progresarán hacia la insuficiencia renal. También pueden observarse dolores musculares, inflamación de las articulaciones e hinchazón de los testículos.

Los signos clínicos de la forma cutánea suelen incluir el engrosamiento y endurecimiento de los tejidos del hocico y las almohadillas de las patas, denominado hiperqueratosis. Muchos perros pierden el pigmento o la coloración oscura de estos tejidos a medida que la enfermedad progresa.

Pueden formarse nódulos o bultos duros en la piel y el pelaje suele tener un aspecto apagado y quebradizo con zonas de pérdida de pelo. La forma cutánea afecta más comúnmente a los gatos.

¿Cómo diagnosticará mi veterinario la leishmaniosis?

Depende de los signos que presente, pero es probable que sea mediante una combinación de análisis de sangre y toma de muestras (por ejemplo, muestras de la piel, los ganglios linfáticos o los órganos internos).

¿Cuál es el tratamiento?

El tratamiento puede variar en función de la presentación clínica. Por ejemplo, algunos perros están infectados pero son asintomáticos y no siempre requieren tratamiento. Sin embargo, la mayoría de los perros necesitarán medicación y es probable que ésta sea una combinación de dos fármacos (alopurinol y miltefosina o alopurinol y antimoniato de meglumina). En la mayoría de los casos, el alopurinol se continuará durante unos meses hasta que los signos se hayan resuelto y los análisis de sangre hayan vuelto a la normalidad. Desgraciadamente, el tratamiento no es curativo y el perro seguirá infectado de forma persistente, por lo que las recaídas son frecuentes después de suspender la medicación.

Entonces, si no se curan, ¿deben seguir el tratamiento de por vida?

No, debe seguir los consejos de su veterinario, pero no tratamos al perro de por vida, ya que esto podría inducir una resistencia al tratamiento. Se les controla cuidadosamente durante y después del tratamiento y se les vuelve a administrar la medicación cuando hay signos tempranos de recaída. Esto puede no ocurrir durante meses o años.

¿Morirá mi perro a causa de la enfermedad de la leishmaniosis?

La leishmaniosis es una enfermedad muy grave y es mejor evitarla a toda costa. Sin embargo, puede controlarse eficazmente si se vigila bien. Muchos perros con la enfermedad llevan una vida normal y feliz.

¿Cómo puedo evitar que mi perro se infecte?

En la actualidad en tu centro Veterinario homologado existen buenos productos para repeler a los flebótomos y evitar la transmisión del parásito (tratamientos puntuales y collares). Habla con tu veterinario para que te aconseje cuál es el mejor producto para tu mascota. Hay que aplicarlos correctamente y seguir las instrucciones sobre la frecuencia de aplicación. Evitar la exposición a los flebótomos (los insectos que transmiten la Leishmania) es la forma más eficaz de prevenir la infección. Los flebótomos son más activos al anochecer, así que evite sacar a su perro a esa hora y manténgalo dentro de casa por la noche.

¿Puedo vacunar a mi perro contra la Leishmania?

Sí, existen vacunas contra este parásito que están autorizadas para su uso en toda Cataluña. Reducen la probabilidad de que su perro desarrolle síntomas si se infecta, pero no previenen la infección en sí. La única forma de prevenir la infección es evitar el contacto con el flebótomo.

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